Corría el año 2009 y saltó a los medios el caso de Diego Pastrana, el cual fue acusado de la muerte de su hijastra de 3 años.
Se publicaron portadas con su rostro acusándole directamente y sin respetar su presunción de inocencia. No solo eso sino que fue carne de cañón para hiperbolizar los ataques contra un ser tan despreciable, de haber sido cierto aquello de lo que se le acusaba.
Los medios buitres vieron en el caso una ocasión para llenar páginas con sus más furibundos ataques y su rostro se hizo conocido como «la mirada del asesino» en palabras del diario ABC. Resultó ser inocente.
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