Jeremy Bentham dispuso en sus últimas voluntades que su cuerpo fuera preservado para siempre
Uno de los grandes filósofos ingleses de todos los tiempos, además de un destacadísimo teórico del derecho.
Jeremy Bentham falleció el 6 de junio de 1832. Tenía 84 años. Antes de dejar este mundo, el filósofo escribió sus últimas voluntades. Se había estado preparando desde hacía tiempo para ese momento, el de su despedida, pero quiso que fuera sonada, que nadie se olvidara de su paso por este mundo. Diez años antes de morir, nuestro protagonista dispuso que se entregaran 26 anillos conmemorativos a amigos y admiradores de su causa. En ellos se podía ver el perfil del filósofo y se incluía un puñado de sus cabellos como inolvidable recuerdo. Curiosamente en la actualidad solamente se conservan seis de esos anillos realizados por el artista John Field, quien trabajaba para encargos del rey Guillermo IV.
Como hombre avanzado a su tiempo, Bentham pensó que lo mejor que podía hacer con sus restos mortales era donarlos a la ciencia para que fueran objeto de estudio. El esqueleto de Bentham puede verse en la actualidad expuesto en la University College, aunque debidamente vestido con los ropajes del filósofo y con una cabeza de cera. Durante años, junto al cuerpo, estuvo a la vista del público la cabeza real, diseccionada y momificada. Ahora está guardada para evitar que algunos se asusten al encontrarse ante lo que queda de Jeremy Bentham.