«Los mundos de Pepe».

Bueno, pues hoy al fin hice entrega del material recopilado al amigo septuagenario.

Al llegar a su casa lo pillé en la calle haciendo un poquito de deporte, con el andador, que desde que le cambié los tacos gastados por dos pelotas de tenis ahora va que se las pela. La mujer se quejaba de que le rallaba el suelo con los hierros y con razón.

La señora hoy tenía médico especialista en la capital y me había dejado la comida lista, su buen plato de ensaladilla de pimientos, con cebollita y huevo picado, me rio yo de los platos gourmet. Pero antes de comer:

  • Pepe, le traigo una cosa.
  • Si? Qué es?
  • Siéntese y póngase cómodo.

Él ya sabe lo que es un pendrive, y el olor a tostada le vino pronto a la nariz, en cuanto me vio sacarlo. Mientras carga el pincho en la Tv le explico que he conseguido las películas:

  • Me las ha pasado el amigo Temo.
  • Temo? Ese qué nombre es?
  • Viene de Timoteo (No era plan de explicarle la que he montado para conseguirlas)
  • Ah! Pues dale las gracias.
  • Tenga, mándele un audio y se las da usted.

Le pongo la primera “Agítese antes de usarla” y nada más empezar…

  • Esa no me gusta.
  • Pero Pepe que acaba de empezar…
  • Es que las de hospitales y médicos me dan miedo. No tengo yo buenas experiencias en esos sitios.

Me apiado de él y le pongo la segunda “Brujas mágicas”. A los tres minutos, las primeras tetas, lo miro de reojo y no se escucha ni respirar. Hace gestos con la boca para aguantarse la risa…

  • Pepe, está bien?
  • Esto a mi mujer no le va a gustar. (Lo dice con la boca chica, no parece importarle).
  • Joer, Pepe, cuando no esté ella yo se las pongo.
  • Es que yo con el tembleque no puedo ponerlas en la tele cuando ella se acuesta y cuando viene no me da tiempo de quitarla.
  • No se preocupe.
  • Es que a ella no le gusta el porno.
  • Pepe que no son porno, son de risa.

Es como un niño pequeño. Ladea la cabeza contento pero resignado. Corto la película porque hay que ir a comer, le digo que luego se la vuelvo a poner y se queda satisfecho. Insiste en pagarme el “aparato” y la mano de obra, claro está que es un regalo de amigos. A ver mañana la que me lía Carmen.

El agradecimiento es extensible a todos, ojalá esto pudiese desgravar a la hora de hacer la declaración de la renta, como acto benéfico o donación. Habéis hecho muy feliz a una persona. Gracias!

Loading