Placeres culpables: Fiesta sin ti

Maldita sea la nostalgia que me lleva a acordarme de estas cosas… ¡Ojo! Que esto en su día lo petaba en todas las fiestas y barracas pero atentos a la shakirada: «Es fantástica esta fiesta con amigos y sin ti»

Al menos no da nombres.. ¡Aquello sí que era clase!

Extra: Romance de la polla vieja

Ahora que ya no es mi onda
y esta onda no me deja
entrar en la nueva onda
porque soy un pollavieja,
Voy a explicarte, chaval,
por qué tu música apesta:

El resto en el interior…

Yo crecí en la era dorada
de Radio Olé y los Cuarenta:
todo era artístico entonces,
todo era música buena:
Glenn Medeiros, la Pausini,
los U2 y UB40…
Yo crecí cuando el britpop,
cuando el Black asustaviejas,
cuando reinaban los Guns
y había buen chándal metal,
yo crecí, en una palabra,
con The Man y con Muniesa,
cuando el Death Metal molaba
y morían cien mil viejas
con cada golpe de riff
de Metallica y Pantera…

Entonces cambió la onda,
murió la música honesta,
Lars se pintó las pestañas,
James se nos dio a la botella,
el Eslash con Marta Sánchez,
Chris Cornell hecho un cualquiera,
Eddie Vedder centollando,
Layne tirado en la cuneta,
uno con un cubo sucio
de KFC en la cabeza,
Bono llamando a la ONU,
Axl perdió la chaveta…

Y llegó el spotify,
y con él música nueva
—si es que cabe llamar música
a esa cosa tan horrenda
tan carente de buen gusto,
tan mal tocada y tan fea
(me refiero a los dos mil,
ojo, no a los noventa)—,

llegó el trap y el malamente,
y ese reggaetón de mierda,
que ya no era como antes,
cuando el clásico “Mi abuela”,
aquello sí era sincero,
música buena y honesta,
hoy todo es pose y consumo,
va todo mal, todo apesta,
llevan pintas que dan risa,
llevan pintas que dan pena,
ya no hay ni jebis en chándal,
no se lleva la melena,
yo resisto al desaliento
y a cortarme la coleta:
ya dijeron los Manowar:
¡muerte al falso heavy metal!

Tatuados pero majos,
el rock no era violencia:
hoy cualquier lamelibranquio
se tatúa la cabeza
y se pone a rapear
y a cantar con voz de mierda,
con voz de memo gangoso
¡y hay que ver qué malas letras!
Nada como aquellas obras
de los KISS y otros poetas
que te hacían unos versos
que parecen de Espronceda…

La música hoy no me mola,
la música hoy está muerta,
todo es fast food y basura,
la onda me deja fuera,
y por eso monté un grupo:
Pollagrises sin Fronteras.

Somos duros, somos calvos
y tenemos nuestro lema:
“¡Viva el vino y los torreznos!
¡Viva el rock para las viejas!”

Ensayamos en el sótano
(rebautizado “La Kueva”)
de la madre del cuñado
de una prima del batera,

y ahí hacemos musicota:
Motorhead y los Porretas
y una versión de Mecano,
y me ha enseñado mi abuela
una de Víctor Manuel:
¡música buena y eterna!

Hemos hecho ahora una gira
teloneando al gran Sherpa:
empezamos en un mítin
de Abascal cerca de Cuenca,
y seguimos repartiendo
rock and roll de carretera,
de sudor y olor a pies,
de sobaco y furgoneta,
de dormir en los sofás
y un olor como a mofeta,
y fuimos por toda España,
desde Asturias a Plasencia,
de Móstoles a Leganés
y de Gandía a Valencia
sin parar de rockear
con gran éxito de audiencia:
Acabamos en Madrid,
en La Ostra Violeta,
una nueva residencia
de tercera y cuarta edad
que es para jebis y jevas,
allí se fugó el bajista
con una menor de ochenta,
y ahora estamos en impás,
pero para nuestra vuelta
tengo guardadas las mallas
y los rulos de mi abuela:
volveremos a triunfar
con la musicota buena.
¡No podrá el spotify
ni las hordas youtuberas
con la música de siempre,
la buena música eterna!

Fuente: El romancero patatero

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