Una tradición dice que el invitado a la boda que más cerca permanezca del coche de la novia en su desplazamiento hasta la iglesia, será el más respetado y el que más suerte tenga en los próximos años. Una premisa sencila que desencadena un Destruction Derby en toda regla, con Ladas de hace décadas luchando con los Land Cruiser por la posición de honor, mientras otros invitados disparan sus AK-47 al aire con alegría y júbilo. Demencial es quedarse muy, pero que muy corto.
Bueno, Rusia , Rusia…..