Teodoro Leandres Romero, un padre onubense de 52 años, natural de Gibraleón, que en 2013 fue condenado a 14 años de prisión.
Se le acusaba de abusar presuntamente de su hijo de ocho años. Ahora, tras pasar más de tres años en la cárcel, una sentencia firme lo absuelve definitivamente.
Leandres fue denunciado por su exmujer, que lo acusó, primero, de descargarse en el móvil material pornográfico y verlo junto a su hijo, y después, de realizarle tocamientos y penetraciones anales.
Se basó en el testimonio de la denunciante y en un informe psicológico de un grupo de expertos que mantuvieron entrevistas con el niño, que corroboró la versión de su madre.
Tres años después, tras un recurso presentado por su abogada, Ana de Silva, el Tribunal Supremo (TS) pidió que se repitiera el juicio.
Se basaba en que los tres integrantes de la sala que lo condenó conocieron parte del sumario durante la instrucción del caso.
«Es una decisión casi única aquí», afirmó en ese momento, en declaraciones a El Español, el decano del Colegio de Abogados de Huelva, Juan José Domínguez, quien no recordaba otro caso en la ciudad en el que el Supremo pidiese el cambio de los componentes «de una sala al completo».
Posteriormente, una nueva sala de la misma Audiencia Provincial emitió una sentencia absolutoria y ordenó la salida de prisión de Teodoro Leandres, que desde entonces ha estado esperando el final del proceso para que la sentencia sea firme. Tal y como entonces comunicó su abogada, la nueva sentencia se basaba en falta de pruebas, para lo que aportó varios argumentos.
Por un lado, el juez entendía, en base a un informe forense, que no había «prueba objetiva de la existencia de «, y por otro, que no estaba demostrado que los vídeos que la madre se encontró en su móvil fuesen descargados por su hijo menor. Respecto al testimonio del niño, consideró que sus respuestas eran «contestaciones mecánicas y poco naturales».
RESUMEN:
Llevan al niño a un chiringo donde tres hembras psicólogas le comen al Niño la cabeza, firman lo que sea y el pobre hombre a la cárcel, lo han soltado pasta pero en el trullo ha estado.