Ver para creer.

Los agentes intentaron que la víctima accediera a hacer un trío y consumiera cocaína con ellos.

Un acuerdo entre ambas partes.

La víctima habría alcanzado un acuerdo con la defensa de los agentes, deben someterse a un curso de reeducación sexual e indemnizar a la víctima con 80.000 euros.

El contexto

Los hechos tuvieron lugar el 10 de junio de 2018. La víctima, que entonces tenía 18 años y estaba de viaje en Málaga, manifestó a la Policía Nacional que ella, su amiga y el novio de esta fueron interceptados en un control policial por los dos agentes. Durante la intervención, los policías preguntaron al conductor si había consumido alcohol y, ante la contestación afirmativa de éste, le indicaron que dejara el vehículo aparcado, le pidieron a continuación un taxi para que los trasladara a su domicilio y se ofrecieron a llevarles el coche cuando finalizaran su jornada laboral.

Según el relato de la denunciante, momentos después de que los tres amigos llegaran a su edificio, se personaron los agentes en el coche particular de uno de ellos y, tras mantener una breve conversación amistosa, propusieron a los jóvenes subir al domicilio, a lo que accedieron al ser policías, y, una vez allí, se produjeron los hechos denunciados.

Eran las seis y media de la madrugada. Una vez allí, y tras acceder al piso, uno de los agentes -según el relato de la Fiscalía- preguntó al resto: «Bueno, ¿cómo se empieza una orgía?»

Los acusados supuestamente trataron de convencer a la víctima de hacer un trío: «Cuántas chicas quisieran estar en tu lugar y liarse con dos policías a la vez». Ella se resistió pero la desnudaron. Uno de los agentes le metió los dedos en la vagina y otro la penetró sin condón. La amiga de la víctima salió llorando de la vivienda y fue a pedir ayuda. 

Fin

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