La OCU alerta de la falta de evidencia cientifica en una seta milenaria oriental
El reishi o Ling Zhi es un hongo que ha sido empleado por la medicina oriental desde hace miles de años. Gracias a este uso su utilidad en occidente ha crecido exponencialmente hasta el punto de ser considerada como “hongo de la inmortalidad” o “seta de la esperanza”.
Los defensores de este alimento destacan que esta tiene la capacidad de alargar la vida humana. Además, se le atribuyen poderes anticancerígenos, antitumorales y antivíricos. Incluso, se considera que el reishi aumenta la eficacia de las células inmunitarias T, claves contra el cáncer, junto a un gran poder antioxidante.
A todas estas bondades se les deben sumar otras expuestas por la OCU donde se destaca lo que la compone. Según la organización la seta “cuenta con triterpenos, ácidos (lo que le proporcionaría una actividad antihipertensiva, antihistamínica, hipocolesterolemiante, protectora del hígado y antiagregante plaquetaria), minerales, vitaminas del grupo B (sobre todo ácido fólico) esteroles, alcaloides, polisacáridos y todos los aminoácidos esenciales”.
Así las cosas, puede parecer que la seta es uno de los llamados superalimentos aunque la OCU denuncia que falta mucha evidencia científica al respecto. Para la organización “no hay evidencia científica consistente” que respalde sus usos en los tratamientos contra el Alzheimer, el cáncer o la diabetes, algo que puede ser un gran problema.
Aunque todavía no exista suficiente evidencia desde la organización si se destaca que algunos estudios muestran “que tomar reishi tiene un efecto real reduciendo los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer” aunque también se resalta que falta mucho camino por recorrer.