Personajillos Españoles

Hoy, Alfonso Fernández Mañueco.

Personaje curtido en la política salmantina, ha sabido medrar en el partido para llegar a la actual presidencia autonómica, a base de casarse con la hija del alcalde de la población que recauda el dinero industrial salmantino (oigase el pueblo que está pegado a la ciudad y donde se sitúa el polígono industrial).

Siendo yerno de El Tirantes, tenía la vida hecha tranquilamente, él subiendo en el partido y su mujer como concejala en otra localidad salmantina (todo queda en casa).

Pero todo es poco para nuestro simpático aventurero, empezando por su mujer. Putero de toda la vida, su convivencia marital duró poco, pues hasta las piedras de la ciudad saben que en realidad convive con una señora de Zamora. Eso sí, las cosas de familia son de familia (inserte imagen de El Padrino aquí). Su mujer nunca se ha divorciado de él, y de hecho el tipo sigue aparentando ser un guardián de las buenas costumbres y las recias virtudes, como buen salmantino, y se le ve con su mujer siempre en misa los domingos. Y en las fotos para la prensa. Aparentar, que es lo que importa.

Su paso por la alcaldía es de sobras conocido por su talante jesuita, esto es, todo buenas palabras y sonrisas y acto seguido cuchillada por la espalda. Los trabajadores del consistorio claman que era mejor trabajar para Lanzarote, y eso que era un cacique reconocido.

Después vino el salto a la política autonómica, donde estaba obrando cómodamente porque Ciudadanos, como buen partido en disolución, no ponía ninguna traba con tal de mantener algún puesto. Pero llegó el niño muerto por dentro, aka Casado, con ganas de emular el tirón de su rival Ayuso. Obligó a Mañueco a adelantar elecciones para conseguir el gobierno autonómico en mayoría, esperando repetir la jugada en Andalucía. Y… Oh, sorpresa. Ni Mañueco ni fraCasado tienen el tirón emergente de Isabel Ayuso.

Dicen que ayer entró Abascal en el despacho de Mañueco, y que se le oyó bajarse la bragueta.

Política de altura, la nuestra.

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