El príncipe Andrés llega a un acuerdo económico con la supuesta víctima de sus abusos, Virginia Giuffre.
Además, el duque de York “tiene la intención de hacer una donación sustancial” a una organización benéfica “en apoyo de los derechos de las víctimas”.
El príncipe Andrés, acusado de estar involucrado en el caso Epstein y abusar sexualmente de Virginia Giuffre cuando esta era una adolescente, ha llegado a un acuerdo económico con la víctima; según revelan los documentos judiciales de Manhattan este martes.
Solo grité una vez, el eco no llegaría hasta pasado un tiempo, el tiempo justo para abrazar la idea de que estaba mojado.
Al escuchar mi propio grito devueto por el eco, me asusté de rodillas para abajo y se me aflojaron las gomas de los calcetines, se bajaron dejando al descubierto mis tobillos y dejándome heladas las pestañas.
Nunca mas volví, cerré la puerta y deje el grifo abierto. Juy… ya no nieva como antes.
«Borracho y apartado de los focos, el lenguaje del carisma está hecho para pocos y arte es la manera que tuvimos de hablar, los que olvidamos lo de cuerdos y no oímos lo de locos.»
Crema, el ahora artista conocido como C.Tangana, cuando tenía un alma peleona y no perreona.
Bueno, sabéis que ando superliado con el curro, hay dos compis de baja y estoy echando más horas que el chapista de robocop, aún así siempre saco un minihueco para pasar por aquí y leer los comentarios pululentos que tanto me hacen reír.
A parte de la semana de mierda que llevo (casi 70 horas extras) no me quejo, ayer recibí una palmadita en la espalda de mis jefes, acompañada de una sustancial subida de sueldo tanto en mi base de cotización como en las horas extras que trabajo, a parte del reconocimiento personal y la gratitud por su parte.
Ya sólo me faltaría ver a la señorirta Nashbizki, a la que echo mucho de menos estos días, y pegarme una tarde de cervecitas para subiros un cerve-post digno de Temápolis.
Personaje curtido en la política salmantina, ha sabido medrar en el partido para llegar a la actual presidencia autonómica, a base de casarse con la hija del alcalde de la población que recauda el dinero industrial salmantino (oigase el pueblo que está pegado a la ciudad y donde se sitúa el polígono industrial).
Siendo yerno de El Tirantes, tenía la vida hecha tranquilamente, él subiendo en el partido y su mujer como concejala en otra localidad salmantina (todo queda en casa).
Pero todo es poco para nuestro simpático aventurero, empezando por su mujer. Putero de toda la vida, su convivencia marital duró poco, pues hasta las piedras de la ciudad saben que en realidad convive con una señora de Zamora. Eso sí, las cosas de familia son de familia (inserte imagen de El Padrino aquí). Su mujer nunca se ha divorciado de él, y de hecho el tipo sigue aparentando ser un guardián de las buenas costumbres y las recias virtudes, como buen salmantino, y se le ve con su mujer siempre en misa los domingos. Y en las fotos para la prensa. Aparentar, que es lo que importa.
Su paso por la alcaldía es de sobras conocido por su talante jesuita, esto es, todo buenas palabras y sonrisas y acto seguido cuchillada por la espalda. Los trabajadores del consistorio claman que era mejor trabajar para Lanzarote, y eso que era un cacique reconocido.
Después vino el salto a la política autonómica, donde estaba obrando cómodamente porque Ciudadanos, como buen partido en disolución, no ponía ninguna traba con tal de mantener algún puesto. Pero llegó el niño muerto por dentro, aka Casado, con ganas de emular el tirón de su rival Ayuso. Obligó a Mañueco a adelantar elecciones para conseguir el gobierno autonómico en mayoría, esperando repetir la jugada en Andalucía. Y… Oh, sorpresa. Ni Mañueco ni fraCasado tienen el tirón emergente de Isabel Ayuso.
Dicen que ayer entró Abascal en el despacho de Mañueco, y que se le oyó bajarse la bragueta.
No entiendo lo de dejar en montañas durante semanas la nieve en las calles y carreteras, ¿para que tenemos miles de camiones de conservación?, aunque mucho mejor es esto.
Lo contaba en sus «Memorias de un dictador», publicadas en 1939, que el autor defendía por «la urgente necesidad de reanudar la estirpe hispano-austriaca que traería consigo el armisticio para Europa».
Giménez Caballero fue un teórico del fascismo español, profesor, poeta, escritor y embajador de España en la era de Franco. Había nacido en Madrid, el 2 de agosto de 1899, en una familia industrial por parte de padre y de propietarios agrícolas por parte de madre.
A lo largo de su vida, acabó convirtiéndose en un personaje curioso que trascendió su dimensión política, hasta convertirse en una especie de intelectual respetado y «excepcionalmente dotado para la literatura y el activismo cultural, que vivió con una intensidad poco común las convulsiones ideológicas de su tiempo», le describía Enrique Selva en su artículo «La insólita aventura de Ernesto Giménez Caballero» (Revista Universitaria de Historia Militar, 2018).
Las influencias y trayectoria del responsable de este surrealista plan fueron de lo más diversas. Tuvo como maestros en la Universidad Central de Madrid a intelectuales como Américo Castro, Ortega y Gasset, Menéndez Pidal y Besteiro. Y tras combatir en la Guerra de Marruecos y publicar su primer libro, se abrió un hueco en el periodismo español escribiendo para «La Libertad», «El Sol» o la «Revista de Occidente». Como él mismo dijo en una entrevista con motivo de la publicación de su autobiografía: «No me arrepiento de haber sido fundador de las Juventudes Socialistas, de haber sido fascista, vanguardista y de estar hoy de vuelta al anarcosindicalismo».
El primer encuentro de Pilar y Adolf
Por lo que se le recuerda, sin embargo, es por ser uno de los primeros intelectuales españoles en abrazar abiertamente las ideas fascistas de Mussolini, con el que incluso llegó a entrevistarse en varias ocasiones. En la Guerra Civil, Franco le puso a las órdenes del general Millán-Astray para que organizase el aparato de propaganda. Y, tras finalizar esta, se reintegró a su cátedra del instituto Cardenal Cisneros y se mostró como un ferviente partidario de la intervención de España en la Segunda Guerra Mundial del lado de las potencias del Eje.
En ese momento, su candidata, y también fundadora de la Sección Femenina de Falange, ya había realizado su primer viaje a la Alemania nazi, que la revista femenina «Y» contaba así en mayo de 1938: «Alemania ha recibido con los mayores honores y la más sincera simpatía a Pilar Primo de Rivera . Hitler ha dispensado el alto honor de recibir y conversar largamente con nuestra delegada nacional de las Secciones femeninas. Las organizaciones femeninas nazis y su delegada, la señora de Scholtz-Klink, la han rodeado continuamente de un ambiente de verdadera camaradería. Han sido numerosos los actos en honor a Primo de Rivera». Ilustrando el artículo, una fotografía de ella junto al «Führer».
Después añadía algo que para Giménez Caballero debió ser importante a la hora de dar forma a su plan de casar a la española con el líder nazi. «Pilar Primo de Rivera recibió un obsequio de Hitler: un magnífico florero con flores rojas y amarillas y algo que el canciller concede muy difícilmente, un retrato con expresiva dedicatoria y un marco de plata. El viaje de Primo de Rivera ha constituido una importante expresión de la amistad hispano-alemana», subrayaba.
El segundo viaje
La idea debió confirmarla el embajador de Franco en 1941, con motivo del siguiente viaje a Berlín de la falangista. Acudió a un congreso junto a otras líderes de las secciones femeninas de los movimientos totalitarios europeos. «Nuevamente ha visitado Pilar Primo de Rivera el gran país alemán. En 1938 lo hizo con ocasión de su entrevista con el Führer. Ahora lo ha hecho invitada por Jutta Rüdiger, jefe de las Juventudes Femeninas Hitlerianas. El respeto de que goza nuestra delegada nacional en Alemania se ha puesto de nuevo en evidencia con este viaje. La enorme simpatía y admiración que Primo de Rivera siente por la nación germana se ha testimoniado también en sus declaraciones al volver del viaje, con las que ha unido más entrañablemente los lazos de los dos países», podía leerse en la misma revista el 1 de octubre de ese año .
La hermana de José Antonio Primo de Rivera, fusilado al inicio de la Guerra Civil , acabó convirtiéndose en una especie de embajadora de la Alemania nazi en la España franquista. No había, por lo tanto, mujer más perfecta que ella, todo un ejemplo de virtudes cristianas y falangistas en la cabeza de Giménez Caballero, para unirla a Hitler e impulsar la transformación católica del nazismo. Ese era el primer paso de su plan, que pretendía lograr con ello paz en la guerra y la unión de ambos países para el devenir de Europa. Un plan, según cuenta nuestro protagonista, que hasta había consultado previamente con Franco y el Vaticano.
Ernesto Giménez Caballero aprovechó un viaje a la ciudad Weimar, en diciembre de 1941, donde había sido invitado por la Europäische Schriftsteller-Vereinigung (Asociación Europea de Escritores), presidida por el ministro Joseph Goebbels. Una vez allí, el hispanista Arturo Farinelli le presentó a Magda, la esposa de este, a la que en sus memorias el español describió como «una mujer maravillosa que me impresionó desde el primer instante». Más tarde, en una cena en la casa del matrimonio donde nuestro protagonista llevó como obsequio un capote muy castizo y un Belén de Navidad fabricado artesanalmente en Murcia, se atrevió a abordar el asunto que tenía entre manos.
La conversación
«Dos días antes de Nochebuena, Goebbels me invitó a cenar en su hogar, con su esposa y sus hijos», confirmaba en la autobiografía. A partir de ahí, el relato se produjo así: «Antes de sentarnos a la mesa, durante los aperitivos, enseñé al pequeño y cojito jerarca de la propaganza nazi a manejar el capote, el modo de ceñirlo para el paseillo y de veroniquearlo. Y a los niños les monté el Belén junto a la chimenea. Magda estaba radiante y conmovida. Tras la cena me quedé a solas hablando con la esposa. En un momento que guardó un breve silencio, yo aproveché para encarecer la urgente reanudación de la estirpe hispano-austriaca, que traería el armisticio a Europa, con un enlace tradicional y revolucionario. A lo que ella preguntó:
¿Y cuál sería la candidata a emperatriz?
Sólo podría ser una. En la línea de princesas hispanas como Ingunda, Brunequilda, Gelesvinta o Eugenia. Solo una por su limpieza de sangre, por su profunda fe católica y, sobre todo, porque arrastraría a todas las juventudes españolas: ¡la hermana de José Antonio Primo de Rivera!
Magda no respondió nada. De pronto, sus ojos se humedecieron. Y tomó mis manos y las estrechó. Y, en voz muy baja, me dijo: “Su visión es extraordinaria y su misión, también. Y, además, audaz, valiente y concreta”. Calló de nuevo para proseguir:
Mi marido está encantado con usted. Y el Führer desea conocerle. Yo les hablé de esto que ahora vuelve a proponerme de esta manera ya concreta y certeramente personificada. Y sería posible…
¿Sería posible? ¿Sería posible? ¡Magda!
Sería posible… si Hitler no tuviera un balazo en un genital de la Primera Guerra Mundial que le ha invalidado para siempre… Es imposible, gran amigo, imposible. ¡No habría continuidad de la estirpe!
¿Y Eva Braun?
Un piadoso enmascaramiento para la galería.
Me levanté entonces y tomé sus manos. “Entonces, ¿adiós para siempre, Magda?”. “¿Y por qué para siempre?”, preguntó ella, antes de depositar sus manos sobre mis labios y luego los suyos».
Como explicó José María Zavala en ABC , con motivo de su biografía de la candidata a mujer del líder nazi,«La pasión de Pilar Primo de Rivera» (Plaza & Janés, 2013): «En realidad se trató de un plan descabellado del excéntrico Ernesto Giménez Caballero, falangista de primera hora. Le expuso a Magda las posibilidades de reanudar lo que se interrumpió con Carlos II el Hechizado y se malogró con aquel archiduque de Austria, Carlos, que le costaría a España Gibraltar. ¿Increíble, verdad? Pues Giménez Caballero se atrevió a formular semejante proyecto».