En Rusia, durante la Guerra Fría, cientos de viejos trenes con motor de vapor se estacionaron estratégicamente en viejas vías como plan de contingencia en caso de que la red eléctrica rusa sufriera alguna interrupción. La región central de Perm alberga una vista única: un cementerio de trenes lleno de docenas de locomotoras de vapor del siglo XX, que datan de 1936 y de 1956. Recientemente, algunos de los trenes abandonados han sido comprados y retirados por propietarios chinos, mientras que otros han sido restaurados y transformados en exhibiciones en varios museos y monumentos. Este cementerio de trenes sigue siendo un testimonio de una era en la que las locomotoras de vapor jugaron un papel vital en la infraestructura de transporte de Rusia durante la Guerra Fría.
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