Consternación en Bélgica por el suicidio de un hombre de 30 años motivado por un chat de Inteligencia Artificial (IA). Según declaraciones de la pareja de la víctima, hechas a los medios locales, su marido hacía semanas que chateaba con un bot llamado «Eliza». El hombre, que trabajaba como investigador en el área de la salud, estaba muy preocupado por los temas medioambientales y por el futuro del planeta, y expresaba estas inquietudes a la IA que en apariencia le daba una respuesta a todas sus preguntas. Durante una de estas conversaciones, «Eliza» le aseguró que si se sacrificaba, ella cuidaría de la Tierra y salvaría la humanidad.