Los bacteriófagos (también llamados fagos, del griego φαγητόν faguētón, ‘alimento’, ‘ingestión’) son virus que infectan exclusivamente a las bacterias. (Wikipedia)
Terapia fágica.
Tras el descubrimiento de bacteriófagos, la idea de la terapia de fagos fue tomada con entusiasmo y se puso en práctica, pero su aplicación se calmó posteriormente después del descubrimiento de los antibióticos y su uso en la segunda guerra mundial, floreciente sólo por detrás del «telón de acero«.
Medidas poco habituales.
La terapia fágica ha sido utilizada desde la década de 1940 en la ex Unión Soviética como una alternativa a los antibióticos para tratar infecciones bacterianas, ya que eliminar bacterias es lo que los fagos hacen mejor. Otras prácticas poco habituales para los hábitos de «Occidente» consistían en poner a los niños a la intemperie para que se «acostumbraran» al frio y fortalecieran así sus defensas.
Entre los años 1950 y 1970, en la Rusia soviética estaba muy extendida la práctica de dejar a los niños al aire libre para que recibieran aire fresco y luz solar. Esta práctica continuaba durante el invierno.
Durante el gobierno de la familia Romanov, los primeros gobernantes y sus descendientes no salían mucho y, en consecuencia, tenían un sistema inmunitario débil. En la década de 1930, Rusia luchó contra un grave brote de tuberculosis y no pudo recuperarse, por lo que quedó claro que la siguiente generación tenía que fortalecerse.
Para que la siguiente generación pudiera nacer con pulmones y sistemas respiratorios más fuertes, empezaron a exponer a los bebés al ambiente exterior desde la infancia. (Quora)
Sputnikvirus
Los virófagos, (de «virus» y del griego φάγειν phagein «comer») llamados también virus caníbales, son virus que parasitan a otros virus y son virus satélite de ADN bicatenario. La diana de estos virus antivirus es siempre un virus gigante al que producen malformaciones en el momento de su replicación dentro de la célula hospeda.
El virófago Sputnik es un virófago que está asignado al género Sputnikvirus y que es funcionalmente similar al bacteriófago.
No todos para uno.
Los fagos se acoplan a receptores específicos en la superficie de la bacteria, por ello, cada fago solo podrá infectar ciertas bacterias según sus receptores. Puesto que los fagos no son móviles, dependen de encuentros al azar con los receptores adecuados en solución para poder infectar una bacteria.
Parece que los bacteriófagos presentan una especie de jeringa mediante la cual introducen su material genético en el interior de la célula. Tras el reconocimiento del receptor adecuado, la cola y cuello del fago se contraen, quedando así el fago acoplado a la superficie celular. El material genético puede ser ahora introducido a través de la membrana o bien simplemente depositado sobre la superficie. No se descarta que pueda haber fagos con otros métodos diferentes para introducir su material genético en la célula.
Aunque cada bacteria no es objetivo de todos los tipos de bacteriófagos, todos los bacteriófagos especializados en ella sí la van a atacar sin discriminación y en multitud.
Hombre, así visto… ¡pobre bacteria! Pero es ella o nosotros…
Canción casi totalmente al azar: Pobre Romeo.